sábado, 10 de noviembre de 2007

Sólo Dios sabe

La angustia del futuro, la creación de expectativas, la esperanza de cambiar. Cada una de estas tercas nos aborda en el momento en que menos la esperamos. Se cuela entre los pensamientos que nos mantienen atados a una actividad o escandalosamente nos persiguen cuando estamos echados en la cama, descansando de una noche gastada.
Todas ellas no pueden ser otra cosa que resultado de la imaginación y sin embargo son tan astutas que nos hacen creer que tienen posibilidades de concretarse en algo, un futuro. ¿Pero qué otra cosa es el futuro sino una creación fantástica para aplacar la angustia y la certeza que de todas maneras no podemos llegar sino al final del camino?

Y Werther agregaría, por lo demás: "Ciertamente que tienes mucha razón, querido amigo: los hombres sentirían menos el peso de sus penas, si...(Dios sabe por qué están hechos de este modo) si no ocupasen su imaginación tan continuamente y con tanto empeño en recordar los males que pasaron, más bien que en procurarse lo s medios de hacer soportable lo presente."
J.W. Goethe