sábado, 10 de noviembre de 2007

Gajes del oficio

Yo comencé imitando a Juan Carlos, quien sin yo saberlo tenía tiempo copiando cierto estilo de hablar que él consideraba muy mío. Al yo imitarlo me percaté de esta situación: ya no sabía si realmente imitaba a Juan Carlos o hacía una mala imiatación de mí mismo. De tal modo que ahora hablo queriendo ser yo mismo (y ese yo mismo es desde tiempo una aglomeración de tonos de voz que emulan a un montón de gente) busco en la memoria mis maneras más auténticas. La última vez que Ángel me quiso imitar señaló que ahora le costaba más trabajo porque al intentarlo se daba cuenta que cada día hablaba yo más como Juan Carlos, el cual a su vez había imitado a Ángel, quien a su vez había tenido siempre una predilección por el modo de hablar de Jaime, de quien nadie duda es un clon de Arturo...Y así continúa esta historia en donde todos somos el mismo y tú soy nadie.

No hay comentarios.: