viernes, 28 de mayo de 2010

Serenata a la luna de Paul McCartney

¿Mejor? Imposible.

La lluvia amenazaba desde las seis de la tarde, justo minutos antes del concierto los nubarrones dejaron caer una lloviznita como no queriendo. Pero entonces y como si trajera guitarra de Paracho y un alma nostálgica...
"All my loving, I will send to you..." y era ya un cielo despejado, negro.

Como buena mujer Ella no salió a la primera canción, acaso no le hace tan feliz lo más reciente de la producción del pretendiente. Esperó melodías más antiguas...
¿Pero quién se resiste a The long and winding road en el piano? De pronto, justo en la esquina derecha del escenario fue sediendo a sus holanes.
Vino My love dedicada a los enamorados, y era ya una luna plena.

Jet.
Homenaje a Harrison, homenaje doble a Lennon.
All we are saying is give peace a chance (y sí yo también quiero un MÉXICO EN PAZ). Let it be.
Prólogo de Bach para tocar Blackbird (Pinche Paul, qué estilo, carajo. "Me and George used to play some classical music... that was writen by J.S. Bach, but then we went like this...).
Alternación de instrumentos: piano, guitarra, bajo y piano, piano...
El tipo de pronto se levanta de su banco y se recarga en el piano, cruzado de brazos. Contemplaba su magia.
Hizo con la masa lo que quiso. Nos hizo corear Hey Jude (hombres/mujeres/los de hasta atrás/los de hasta el frente/all together now...)

Day tripper, A day in life, Ob-la-di-ob-la-da, Let me roll it, Band on the run, Live and let die, Something con ukulele (para mi amigo George)...If you where here today, para Lennon (pinche momento más emotivo). Y llegó. Alto en el cielo, una estrella. He was there, I'm pretty sure. (También estuvo mi hermano el menor con un mensaje vía blacberry, y tantísimos recuerdos desde la adolescencia.)
Yesterday, (no podía fallar, Aude). (Yesterday, sí, y yo ya estaba con la rodilla al piso lanzando besos, después de bailar como estúpido, gritar cien veces cien cien veces que Paul era un genio, un chingón, una maestro, y la voz que se me hacía agua. Y abrazando a mi primo.)
Sgt. Pepper's lonely heart club's band. I got a feeling. Two of us.

Todo esto vino entre frases en español, sus gracias México, gracias chee-lan-goes. De pronto, sale del lado derecho del escenario ondeando una bandera mexicana...Luego uno de sus músicos entra con la de Inglaterra.
Nos recordó de sus clases de español cuando era niño (quienes conocen el Liverpool Oratorio, lo saben): tres conejos en un árbol, tocando el tambor, que sí, que no, tocando el tambor, que sí lo he visto yo. (También estuvo, entonces, mi hermano mayor, guiño.)

Get back. Helter skelter (si ustedes quieren rockear, yo sigo...) Hasta que luego ya dijo que había que ir a dormir.

And in the end...the love you take is equal to the love, you make.

Sobra decir de los na na na nás de la gente al salir del foro... y un all you need is love de unos despistados que tuvieron que tomar un camión a Reforma y de ahí un taxi...Ah, qué desmadre salir del Foro Sol.

Paul's not only alive, he's here forever.

domingo, 9 de mayo de 2010

Evocación de don Carlos

Yo quisiera haber asistido a aquella escuela preparatoria donde un profesor explicaba la Historia de América, empleando como gran poderío la palabra. No para dominar, sino para colorear los libros de vegetación, hombres, aves y soles.

En esas conferencias, recorrería su voz profunda las venas de cauce veloz: Iguazú, Grijalva, Orinoco, Amazonas; los bosques, selvas y pastizales; y ese sol que tiñe la polvorienta piel de la tierra y la tez de los hombres.

Si Bolívar surgió entre una asamblea de montañas, ¿habrás nacido tú, maestro, en un baño de sol, de amor y de lluvia sobre un peñasco a un costado de un río? ¿O en una bocanada de aire fresco, o un sublime respiro del gran espíritu americano, allá donde la cabezas gigantes de nuestros antepasados nos vigilan con ojos muy abiertos?

De aquellos gigantes y sus contemporáneos, a quienes mirabas como si la tierra ocultara su cuerpo entero y sólo sobresalieran ante nuestros ojos las cabezas colosales, no repetiríamos sin aprender: La Venta, Tres Zapotes, San Lorenzo, sino que podríamos acaso intentar acercarnos, a través de tu poesía, a esas otras historias que son Historia y también nos pertenece.

Tú que has sabido dar un lugar a los predecesores, comprendiendo los defectos que de ellos cargamos, aceptando tu origen en la tierra como un todo, y descubriendo las expresiones de la cultura en cada uno de tus viajes por nuestro continente, tú, no has muerto. Has despertado ya en nosotros, la inquietud de buscar la identidad en este mundo; y de admirarlo y recomponerlo con la palabra entintada en la paleta de los colores de la naturaleza.

Has sembrado ya con tu pasión, en ese canto al mundo que fue tu vida, una esperanza en el porvenir de un pueblo confundido, aún agachado acaso ante "tribus espigadas", como dice Efraín Huerta, pero acaso sabiéndonos contemplados, también, por la mirada de piedra sabia que nos alienta a forjar un destino portentoso.

Y cuando llueve en esta Ciudad de México, es como si natura dejara caer ese tu bálsamo del trópico que incita a crear.

jueves, 6 de mayo de 2010

Notas para un hasta luego

Fresca y solitaria,
ausente de ajetreos,
cuando las hordas te despueblan
huyendo a tus caricias y reclamos,
te reconocí a mis diecisiete años.

Tus muros centenarios,
tus palacios elogiados por Humboldt
y abandonados a las multitudes.
La incontenible decadencia.
La sobreabundancia y la miseria.
El recelo primerizo,
paranoia de miradas.
Tus árboles, tu porte, tu grandeza.
Las ganas ansiosas de ti.

Bien lo dijo el paisano Huerta:
Amor se llama,
el circuito, el corto, el cortísimo
circuito interior en que ardemos.


He bogado por tu vientre,
tus relieves, azoteas y balcones.
Cuauhtémoc. Irrigación.
Coyoacán. Santa Úrsula.
Narvarte. Uxmal.
Luz Saviñón. Torres Adalid.
Tlalpan. Ciudad Universitaria.
Vizcaínas. Revolución.
Signos y señas de paseos, despedidas y ensueños.

Cuando me vaya evocaré tu euforia de viernes,
borrachera de emociones;
la soledad y el duelo en la calle de Uxmal,
junto a la casa de ese viejo magnífico
que escribe novelas
y roba carcajadas.

A veces en el trasiego de los barrios
o en las madrugadas cuando te desconocía
para ir a descubrir los rincones del país,
me han sorprendido,
nebulosas bajo la lluvia tristona,
las montañas que vigilan este valle,
cuya tierra no dejas de abarcar.


Recordaré caminatas
bajo la techumbre de jacarandas,
que en abril cantan en su lluvia lila.
El aprendizaje del danzón sobre una raída duela.
Los mercados, sus quesadillas y su algarabía.

No olvidaré la caída de la tarde,
el sol descendiendo al fondo,
más allá de la victoria alada,
ángel nuestro que anuncia acaso
más que un grito libertario,
un mensaje atemporal y divino.
Ni el coro de tazas sobre platos
una tarde
que antes del café y el tabaco
multitudes recorrimos tus calles centrales
queriendo alcanzar a gritos, pasos y puños alzados
utopías prometidas.

Y la intensa piedra de hielo
luna de octubre
que encharca de luz las azoteas.
Gotas de lluvia otoñal
pasos de pianos vecinos
notas de Claude Debussy.


Resuenan en mí tus ecos de gran templo,
laguna subvertida,
mítico edén,
paraíso infausto,
alegoría de lo inconexo.

Y la contemplación de bunganvilias
sobre negras piedras
que te dejó el volcán
de una civilización perdida.


Se quedan atrapados en mí
tus arrullos melancólicos,
nuestra comprometida nostalgia,
nuestras ruinas,
la amargura,
nuestros amorfos sueños.

En la mañana y en el mañana,
diré que fuiste,
Ciudad,
amor en mi vida.