martes, 29 de julio de 2008

La mamonité d'Álvaro

Claro, claro. La cita en francés. Álvaro, si querías citar una canción que hablara del pasado y la nostalgia y esto que lo otro, porque no entonces citar a Silvio:

¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las hendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren
pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a dónde van?

¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿A dónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿Por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí?
¿A dónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?
¿A dónde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de
alumbrar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a dónde van?

¿A dónde va lo común, lo de todos los días?
¿El descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿A dónde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer?
¿A dónde va el mantel de la mesa, el café de ayer?
¿A dónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a dónde van?

Pero bueno, ya lo sabemos, te encanta payasear.

martes, 22 de julio de 2008


Hoy quiero decir con Charles Trenet:

Ce soir le vent qui frappe à ma porte
Me parle des amours mortes
Devant le feu qui s' éteint
Ce soir c'est une chanson d' automne
Dans la maison qui frissonne
Et je pense aux jours lointains

Que reste-t-il de nos amours?
Que reste-t-il de ces beaux jours?
Une photo, vieille photo de ma jeunesse

Que reste-t-il des billets doux
Des mois d'avril, des rendez-vous?
Un souvenir qui me poursuit sans cesse

Bonheurs fanés, cheveux au vent
Baiser volés, rêves émouvants
Que reste-t-il de tout cela?
Dites-le moi

Un petit village un vieux clocher
Un paysage si bien caché
Et dans un nuage le cher visage
De mon passé

(Charles TRENET / Léo CHAULIAC)

Para que no digan:

Esta tarde el viento que golpea mi puerta
me habla de los amores muertos
ante el fuego que se apaga
Esta tarde es una canción de otoño
en la casa que se estremece
y yo pienso en los días lejanos

¿Qué queda de nuestros amores?
¿Qué queda de esos bellos días?
Una foto, vieja foto de mi juventud

¿Qué queda de nuestras cartas de amor,
de los meses de abril, de nuestros encuentros?
Un recuerdo que me persigue sin cesar

Alegrías marchitas, cabello al viento
Besos soplados, sueños emotivos
¿Qué queda de todo aquello?
Dímelo

Un pueblito, un viejo campanario
un paisaje bien escondido
y en una nube el rostro querido
de mi pasado

miércoles, 2 de julio de 2008

Lejos de la salvación

No nos dejes caer en la tentación...
Cuando rezaba el padre nuestro de niño, siempre que llegaba a este punto imaginaba a un hombre cayendo en un precipicio. Y, creo, en esa imagen está arraigada mi noción más profunda del fracaso: una caída (las caídas a veces ocurren por dar un mal paso, cabe recordar).

Pero, ¿cómo he de medir el fracaso tan temido?
Esa caída al abismo que sería contemplada por el universo de miradas.
Y ya en mi delirio las miradas supervisan, contemplan y me persiguen y acosan con sus demandas y sus sentencias.
Cada una halla su momento para hacerme un reclamo.

Ante esa turbamulta de miradas, ante sus exigencias y sus muy mentadas expectativas, ¿a dónde puedo ir si no es al fracaso?

(Ya parace que las escucho ahora: "¡Qué ostentación el hecho mismo de escribir en público tus quejas y tus inquietudes! ¿Crees de verdad que alguien debería molestarse en leer esto?"
Pero, ¿cómo hacer de otro modo?, ¿cómo no buscar un lugar virtual, incapaz como me siento ahora de apropiarme un espacio simbólico coherente, auténtico en el mundo?)

Volcarse entonces sobre ellas, escupirles en su rostro las demandas...interponer un espejo y...Pero, momento. ¿No sería darles demasiada importancia?, tanta como quieren.
Mejor entonces procurar deshacerse de ellas, alejarlas o, mejor, nadearlas, que no ningunearlas.

Intentaré entonces...abandonarlas a otra deriva.