lunes, 19 de noviembre de 2007

Érase una vez en tierra de pescadores

1943. Febrero. "La cometa fue el primer anuncio. Duró unos quince o veinte días en el cielo. Luego vino una plaga que acabó con todas las siembras de un cerro que está allá atrás por esa lomita...
Y después empezó la tierra a temblar como olas de mar.
Y el mero día veinte fue cuando empezó a salir el humo de la tierra y luego se abrió una zanja. Nosotros creíamos que era el fin del mundo."




Don Raymundo tenía por entonces catorce años, pero decía su abuelo que cuando el año tenía ya más de seis meses se podía decir que uno ya había cumplido, entonces tenía quince.


"Bajaron todos los de San Juan y los de Parhikuti a rezar al templo de nuestro pueblo Angahuan. Yo me recargué en la puerta de la iglesia, mirando para adentro y ahí todos lloraban, las mujeres y los hombres. Entonces yo también empecé a llorar. Y creímos que era el fin del mundo."
La gente fue saliendo de sus pueblos, de Paricutín, Zirosto y San Juan.




Éste era el pueblo de San Juan Parangaricutiro. "Aquí todo esto es lava que se fue enfriando, tardo más o menos unos cuatro años. No, nadie murió por la lava, sólo se quedaron enterrados los que ya estaban muertos...sí, allí se quedaron y todos sus familiares se fueron a otras partes." Y la vida cambió muy tristeza.



"Todo estaba muerto y ahora mira como está otra vez verde..."

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