domingo, 4 de noviembre de 2007

Avances en chilanguitud

Ya merito llego a Acapulco. Pero al menos ya comí quesadillas de comal en Tres Marías (admítanlo ya eso es avanzar mucho en chilanguitud) de camino a Cuernavaca. Ya he hecho dos viajes a esta ciudad, (hoy fueron dos horas y media de camino en el regreso). Pensándolo bien, ¡qué bueno que no he ido a Acapulco!, al menos en puente de día de muertos.

¿Qué más? Bueno, ya pido quesadillas a sabiendas que no llevan queso, intuyo que el chicharrón 'normal' es el prensado, que las tortas se comen con salsa de chipotle, desde luego que he aplicado la de torta de tamal al cuarto para las nueve de la mañana.

Hablando de lenguaje, en localismos habría que mencionar un vocabulario sureñismos-ce uísmos-facultad de politiquismos que he incorporado a mi habla cotidiana...

Abrirse para decir que alguien se fue (fulano se abrió), salonear para hacer proselitismo u otras estrategias de convencimiento en un salón de clase, rifado como adjetivo, alguien que es muy bueno en algo. Y a la hora de clases habría que hablar de coyunturas, contexto histórico, imaginario colectivo y otros términos menos sofisticados de uso rudo.

1 comentario:

Akaotome dijo...

Torta de tamal... Jesús, eso es como "haberlas dado"!!!!. Jajajaja, yo recuerdo cuando me ufanaba tanto de no haber perdido mi regitud diciendo "no he ido a Acapulco y, ni lo mande Dios, he comido torta de tamal", pero en el DF uno termina yendo a Acapulco y comiendo torta de tamal, así es siempre, no falla...