Decir, por ejemplo, el mar.
¿Dónde empieza el final del mar? o más aún: ¿a qué nos referimos cuando decimos mar? ¿Nos referimos al inmenso monstruo capaz de devorar cualquier cosa o esa ola de espuma en torno a nuestros pies? ¿Al agua que te cabe en el cuenco de la mano o al abismo que nadie puede ver? ¿Lo decimos todo con una sola palabra o con una sola palabra lo ocultamos todo? Estoy aquí, a un paso del mar, y ni siquiera soy capaz de comprender dónde está él. El mar. El mar.
Ismael A. Ismael Bartleboom a su adorada.
Alessandro Baricco, Oceano mar, Compactos Anagrama, Barcelona, 1999, p. 40.
1 comentario:
Después de ver tus fotos me hizo sentido, por primera vez en mi vida, la "lluvia de abril". En esta ciudad nunca había llovido agua en el mes de abril y por eso me parecía fuera de lugar, cursi, bequeriana. Ya luego me enteré que en otras latitudes sí llueve y bien. A todo esto, a mí me encantan los charcos de jacarandas y las gotas color lila marchitándose en los parabrisas. Gracias por el hallazgo, monsieur!
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