lunes, 9 de marzo de 2009

Conocía esa historia de sobra y sin embargo no podía dejar de interpretarla. Ella se despide, él la abraza, le dice adiós, ella dice hasta pronto y retoma su camino. Él dice que le cuesta trabajo dejarla ir. Ella dice que no va lejos. Se despiden.
Pronto sería la noche.

En la guarida lo esperaban una canción de David Haro: "...firmamento para mirar las estrellas...mar para saber cuando partir...rabia y entendimiento para soportar..." y aquellos dos abrazos queridos.

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