viernes, 7 de septiembre de 2007

Del muchacho loco



"¿Leíste alguna vez a Hemingway? Adoro a ese viejo. Insistió en que la vida debe ser una lucha constante. Suena cursi y corriente, ¿verdad? Puede sonar de cualquier manera, lo importante es que casi nadie lucha de verdad." Gerardo de la Torre, Ensayo general, p. 220.

Gerardo, Ana Luisa y Santiago.

"¿Contar otra vez el 68? Lo has intentado, Emilio, en un par de cuentos, en una novela inédita, y no vas a volver a las historias lloriconas de Galindo gritando únete pueblo agachón, Mayén con la pistola encasquillada, el auto destrozado de Manuel Paredes, el discurso de Valerio en Tlatelolco, el periodiquito, las traiciones, la soledad política, tu renuncia a Petróleos, los nuevos oficios, el aprendizaje del arte de escribir guiones para una empresa de los yanquis que tanto odiabas -televisión educativa, y si algo nos pretendían filtrar allí estábamos Torres y yo para frenar cualquier penetración, no pueden acusarnos, no sean cabrones- y finalmente sentir el alma suavecita trabajando para una tele inocua, guiones para el Estado que hubieras querido aniquilar, capacitación, productividad y todas esas madres." Gerardo de la Torre, Los muchachos locos de aquel verano, p. 36.

3 comentarios:

Carmen dijo...

Va bien, va bien, jalando la tesis y el blog, vientos.

Anónimo dijo...

¡Carajo, cómo extraño esas nostalgicas noches de Doña!

Un abrazo a los cuatro.

Jesús dijo...

Carmen, en efecto ahí van las dos cosas. A veces con sus pausas, sus indefiniciones pero avanzan.
Gracias por leer (ja ja).
Ciao, J.

Edgar, se trata de la Covadonga en Orizaba y Puebla, Col. Roma. La doña cada día tiene menos público, pero hace quince días fui a visitar al maestro De la Torre y lo convencí de ir para allá. Háblame un día de estos y nos ponemos de acuerdo para ir. Era lo que hablaba hace unos días con Carmen.
Un abrazo, Jesús