miércoles, 7 de marzo de 2007

Cortázar, Arreola

Cuando dos espíritus coinciden, cuando dos seres logran ese difícil momento que es la comunicación o la comprensión es tal la emoción provocada que dichos espíritus sienten la inminencia de expresarla. Esa energía puede explayarse en el beso o la caricia, la sonrisa, el abrazo o, en otro contexto, en esas conversaciones desbordadas en que las palabras de uno atropellan a las del otro y se termina comprobando que ambos están tratando de decir lo mismo. Creemos tener la certeza en ese momento de que todo tiene sentido. Nos invade la sensación de que hay algo más allá de nosotros que nos lleva a donde estamos, no nos sentimos individuos, sino parte de un mismo fluido.
Creo que algo de esta naturaleza le ocurrió a Julio Cortázar al leer a Juan José Arreola en 1954. De modo que le escribió: "acabo de releer sus cuentos -y releer los que más me gustan, y después superleerlos, que consiste en leerlos en el recuerdo-, y estoy contento. No por una razón hedónica, o porque me agrade saber que usted es un gran cuentista, sino porque vuelvo a sentirme seguro de que usted y yo, y de que otros cuya lista me ahorrro porque usted la conoce de sobra, no estamos equivocados en el enfoque del cuento que hermos elegido"

Y más adelante: "Si encuentro en sus cuentos una fraternidad que me emociona y me hace desear ser su amigo, es precisamente esa soberana frescura con que planta usted sus árboles de palabras. Los planta sin el rodeo del que se prepara literariamente su terreno y 'crea una atmósfera', como si la atmósfera no debiera ser el cuento mismo, la emanación irresistible de esa cosa que es el cuento."

Más allá de cotejar importantes elementos para esbozar una teoría cuentística, Cortázar halla eco en el otro, se fascina ante el descubrimiento de un autor que más allá del Atlántico, pero al fin en el mismo idioma, ha comprendido algo de manera similar a él. Cortázar experimenta la preciosa sensación de saberse no solo en el mundo.

Quien guste conocer la carta completa entre a: http://www.jornada.unam.mx/2004/03/14/03an1cul.php?origen=cultura.php&fly=1